sábado, 13 de junio de 2009

DESARROLLO
Revolución industrial, capitalismo, lucro y consumo: causas de mayores emisiones de gases de efecto invernadero
La segunda revolución industrial (Inglaterra, siglo XIX) se denominó de este modo por la creación de nuevas fuentes de energía, como el petróleo, que desplazó a la hulla, dando origen a los motores de explosión y posibilitando el surgimiento de nuevas industrias, como la siderúrgica, la eléctrica, la química y las mecánicas (automóvil, aeronáutica). Esta revolución es la consecuencia directa de la evolución del sistema capitalista, del paso de la etapa premonopolista o de libre competencia a la del capitalismo monopolista
[1].
La creación de grandes fábricas e industrias requirió el éxodo rural a las ciudades, primero en Europa y luego en todo el mundo, haciendo que gran parte de la población mundial se concentre en grandes conglomerados. Este proceso de urbanización, que se inició el siglo pasado, con el correr de las décadas ha ido aumentando de un modo acelerado y parece no tener fin.
[2]
Vivir de esta manera, además de producir dificultades sociales, económicas y culturales, trae consigo consecuencias desde el punto de vista ecológico. La contaminación atmosférica aumenta con el uso generalizado del automóvil y otros transportes (trenes, colectivos). La tala indiscriminada de árboles, la destrucción total de ecosistemas para la plantación de monocultivos, la utilización de la energía eléctrica o el gas para la calefacción o climatización, como así también el uso excesivo que realizan industrias y muchas familias del agua, el cual es un bien escaso, hace que la actividad humana ejerza un considerable peso sobre las fuentes de energía no renovables y contribuyan a aumentar las emisiones de gases de efecto invernadero.

¿Qué es el efecto invernadero?
La Tierra se encuentra cubierta por una capa de gases llamada atmósfera, la cual permite el ingreso de algunos rayos solares, haciendo que el planeta se caliente y que, consecuentemente, emita calor. La atmósfera retiene parte de ese calor devolviéndolo a la superficie terrestre e impidiendo que salga todo hacia el espacio. Es mediante este proceso que nuestro planeta puede tener una temperatura que permita el desarrollo de la vida. En este contexto, lo que resulta nocivo para el planeta no es el efecto invernadero en sí, sino el hecho de que las emisiones de los gases de la atmósfera (Dióxido de Carbono -CO2-, Metano -CH4-, Óxido de Nitrógeno -Nox-, Vapor de Agua -H2O-, Ozono -O3- y Clorofluorocarbonos –CFCs-) aumenten progresivamente, provocando el calentamiento global. Los gases de efecto invernadero han alcanzado un nivel que no tiene precedentes en nuestra atmósfera y muestra de ello es que nuestro planeta se está calentando más rápido que nunca, en relación a los últimos 10.000 años.

Calentamiento global y sus efectos
Se denomina calentamiento global al fenómeno que da cuenta del aumento de las temperaturas promedio de la atmósfera terrestre y de los océanos en las últimas décadas y que hoy en día genera graves consecuencias.
Por ejemplo, si se toman las estimaciones realizadas por el Panel Intergubernamental del Cambio Climático, que plantea la posibilidad de que la temperatura atmosférica aumente en 4°C a fines de siglo, traería consecuencias como la expansión térmica de los océanos, el derretimiento de los glaciares y grandes tormentas. Dichos factores, a su vez, incidirán directamente en el aumento de los niveles del mar y se inundarán las regiones costeras, como así también otros países. Al mismo tiempo, el agua se evaporará más rápido y causará sequías. La falta de agua potable hará que las zonas desérticas se expandan. En este contexto, la mayoría de las zonas serán inutilizables o inhabitables, haciendo que la población deba reubicarse y reorganizarse. Si es así, será dificultoso proveer de agua, energía y alimentos a todos y el hacinamiento facilitará la aparición y el contagio de enfermedades.
Si bien los efectos del calentamiento global son graves y diversos, elegimos centrar nuestro trabajo en uno que en los últimos tiempos viene incrementándose y que este año en particular también ha dado lugar a ciertos acontecimientos de preocupación para la comunidad científica. Estamos hablando del deshielo o derretimiento de polos y glaciares.

Deshielo de los glaciares: un producto del calentamiento global
Definimos al deshielo como el pasaje por el cual la nieve y el hielo devienen en agua, producto de la elevación de la temperatura ambiente (¿o atmosférica?).
El deshielo, al liberar volúmenes de agua congelada, hace que el nivel de los ríos aumente, a veces llegando al punto de causar inundaciones. En las zonas más frías, como en los polos árticos y antárticos, se forman grandes capas de hielo que cubren los cursos de agua, y si se fragmentan y derriten pueden aumentar el nivel de los océanos.
Por otra parte, cuando los témpanos, es decir, las enormes masas de hielo que flotan a la deriva se amontonan, forman barreras o plataformas, que son gruesas capas de hielo que se crean cuando un glaciar se extiende desde la costa hasta flotar sobre la superficie del océano.
Las plataformas de hielo se encuentran en Groenlandia, Canadá y en la Antártida, y en el último tiempo han sufrido grandes desprendimientos como consecuencia del calentamiento global porque los polos se están derritiendo.
[1] LAFERRIERE, Luis (2005). Origen y evolución del sistema capitalista internacional.
[2] LE MONDE DIPLOMATIQUE (2006). El Atlas II. Edición Cono Sur. Buenos Aires: Capital Intelectual. Pág. 34.

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